Gianni Infantino felicita a los presidentes de las federaciones de México, Estádos Unidos y CanadaFuente: AFP

El Mundial de fútbol de 2026 se jugará en tres países y con 48 participantes, todo un salto para la competencia deportiva más popular del planeta.

Estados Unidos, México y Canadá derrotaron hoy a la candidatura de Marruecos por un contundente 134 a 65 en la elección celebrada por el Congreso de la FIFA reunido en Moscú.

La elección parecía decidida de antemano, y las presentaciones finales de ambas candidaturas en el Expocentre moscovita no hicieron más que afirmar esa idea. «Tenemos estadios de clase mundial, todos construidos ya», fue uno de los argumentos de los norteamericanos. «Aeropuertos, transporte de clase mundial, los mejores hoteles». Todo lo que Marruecos, eterno candidato, no tiene, porque debe construirlo en su mayor parte. Que los norteafricanos destacaran que «las armas de fuego están prohibidas en Marruecos» -un golpe directo a Estados Unidos- no pareció conmover en exceso a los miembros de la FIFA.

Así, la Copa del Mundo llegara por tercera vez en la historia a México, que ya fue sede en 1970 y 1986, y a Estados Unidos, que sacudió al establishment de fútbol como sede en 1994. El Mundial se disputará en 23 ciudades y 23 estadios, un despliegue sin precedentes y todo un desafío logístico para jugadores, aficionados y medios de comunicación.

La ampliación a 48 equipo es toda una revolución. Si Uruguay 30 se jugó con 13 países y Argentina 78 con 16, en España 82 se saltó a 24 y en Francia 98 a 32. Existe la posibilidad de que ya en Qatar 2022 participen 48 equipos, pero por ahora el debut del Mundial XL será en Estados Unidos/Canadá/México 2026. La presencia de 48 participantes tendrá un beneficio directo sobre el fútbol sudamericano, que contará con seis plazas directas en el Mundial y una séptima a disputar en un repechaje.

Gianni Infantino junto a los presidentes de las federaciones de México, Estádos Unidos y Canada Fuente: AFP

La decisión de este 13 de junio de 2018 en Moscú marca también un punto y aparte para la FIFA, un cierre simbólico al origen de su gran crisis, la que arrasó con la dirigencia del fútbol mundial a partir de mayo de 2015 con el FIFAgate. La debacle se inició con la elección, el 2 de diciembre de 2010, de dos sedes en un mismo día: Rusia 2018 y Qatar 2022.

Aunque Joseph Blatter, el entonces presidente de la FIFA admitiría años después que aquella votación simultánea fue «un error», ya era tarde. La elección estuvo marcada por la corrupción, con importantes cantidades de dinero destinadas a influir en el voto de los 24 miembros del comité ejecutivo.

Por eso es que hoy, por primera vez, votaron los 207 miembros de la FIFA. El voto de Brasil, Argentina y Alemania valió tanto como el de Andorra, Vanuatu y Belice. Hacía siete años y medio que la FIFA no elegía la sede de un Mundial.

¿Qué más prometió el Mundial norteamericano? Ingresos por 14.300 millones de dólares, casi el doble que Marruecos, al que su proximidad geográfica a Europa no le sirvió de ventaja. La FIFA encontró una razón valedera en la endeble infraestructura marroquí -debería construir nueve estadios y decenas de hoteles- para optar por la propuesta que lidera Estados Unidos. Al fin y al cabo los Mundiales de fútbol son su principal fuente de financiación.

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