Trascendencia de un procedimiento

Polémica en Baradero por operativos de «interceptación vehicular» con el Grupo de Prevención Motorizada

Personal de Policía Vial Alsina, Grupo de Prevención Motorizada, Policía Comunal Baradero y personal de Inspectores de la Municipalidad de Baradero, concretaron operativos «selectivos» con armas largas y rostro encapuchado.

La participación del Grupo de Prevención Motorizado, con la portación de armas largas y su rostro encapuchado, fue lo que centró la polémica que se avivó cuando, entre los que fueron detenidos en la zona del acceso, hubo quienes manifestaron que apuntaron con las armas largas en sus cabezas y solicitando que no sea una política de Estado quitarles «el único medio de transporte» que tienen.

En Baradero, tal como sucede en los distritos vecinos, el tema tránsito es una de las problemáticas de más difícil y urgente resolución. Sin embargo las imágenes impactan e invitan a la polémica.

¿Qué pasó?

Las líneas que preceden  a éstas, forman parte de noticias que se han difundido fuera del ámbito de Baradero y que, precisamente por tratarse de algo trascendente, cobró notoriedad.

Se recuerda un viejo cuento de don Luis Landriscina. Decía el ilustre chaqueño que cierta vez, caminaba un hombre a campo traviesa acuciado por el hambre. A unos metros alcanzó a divisar algunas gallinas lanzadas  «a verdear». Con sigilo, alzó un palo del suelo, se acercó con sigilo a las aves y, cuando estuvo a una distancia conveniente, la emprendió a los palazos contra ellas. Tras su acción oyó gritos de alguien que se acercaba; oyó que lo increpaba por lo que estaba haciendo asegurándole: «Oiga, esas gallinas son mías» a lo que el apaleador contestó: «No porque sean suyas voy a dejar que me picoteen», tratando de justificar su actitud evidentemente desmesurada.

Algo similar ha sucedido en Baradero; se ha traído una caravana de ambulancias, médicos y enfermeras para curar algo que prácticamente se solucionaba con «curitas».

El tránsito local

Se trata, el del tránsito, de un grave problema ciudadano; se han puesto en práctica diversas medidas y todas terminaron en fracaso y hasta alguna vez en tragedia. Sin embargo, habida cuenta de la gravedad del problema, nunca se justifica la presencia de personal de fuerzas de seguridad portando armas largas. En esta oportunidad llegó a Baradero una escuadra de policías vestidos con uniformes camuflados, con cascos, motos, y armas largas que exhibían con total desparpajo. Cabe la pregunta siguiente: ¿para qué traen esas armas? ¿qué motivación puede haber que justifique dicha medida cuando de lo que se trata es de un control de tránsito?

No es descabellado trazar una hipótesis: si alguien, asustado ante semejante despliegue decidía de alguna manera eludir el control, ¿pensaban dispararle?

Nuestro país tiene un larga y triste experiencia en cosas similares y no es, de manera alguna justificable sino más bien peligroso, que se tiente al diablo de esa manera. Las autoridades municipales deben decir cómo proceder.

Publicado por El Diario de Baradero