Las acciones ordinarias se desplomaron un  7,25%. Ocurrió lo mismo con la firma JBS que lideró las pérdidas con una baja de 10,59%. Directivos de las firmas sobornaron a autoridades sanitarias para vender productos inapropiados.

Las acciones de las empresas cárnicas BRF y JBS se hundieron en la Bolsa de San Pablo después de que se desmontara una organización criminal que sobornaba a autoridades sanitarias de ese país para poder vender carne adulterada, impropia para el consumo y hasta vencida.

Los papeles de JBS y BRF, que figuran entre las mayores exportadoras mundiales de carne, se desplomaron en la plaza paulista y la arrastraron a una caída de 2,39%.

Las acciones ordinarias de JBS lideraron las pérdidas con una baja de 10,59%, mientras que los similares de BRF cayeron 7,25% y fueron los más negociados de la sesión.

Ambas empresas fueron centro de una megaoperación contra un grupo criminal liderado por empresarios de la agroindustria y fiscales sanitarios en diferentes estados, que recibían sobornos para flexibilizar la fiscalización u omitirse totalmente.

Entre las irregularidades detectadas en dos años de investigación destaca la venta de carne impropia para el consumo que era adulterada con productos químicos, la comercialización de productos con exceso de agua o almacenados en condiciones inadecuadas en los frigoríficos y el empaque en nuevas embalajes de productos cuyo plazo de validad había vencido.

De acuerdo con la Policía, entre los presos figuran ejecutivos de BRF, dueña de las marcas de carnes frías Sadia y Perdigao, y la JBS, que produce y exporta bajo las marcas Friboi, Swift y Seara, consignó la agencia EFE.

Brasil es el mayor exportador mundial de carne bovina y de pollo, el cuarto en el segmento de cerdos y las ventas externas de esos tres rubros representaron 7,2% de ese comercio en 2016, con u$s 11.600 millones.

Sin embargo, en una conferencia de prensa, el viceministro de Agricultura de Brasil, Eumar Novacki, vaticinó que este escándalo no tendrá impacto en el comercio externo porque «la carne brasileña está presente en 150 países y cada uno de ellos tiene sus propios sistemas de vigilancia y verifica la calidad del producto». (Télam)

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