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Pertenece al selecto grupo de los 10 alimentos más nutritivos, con múltiples beneficios para el organismo

El brócoli es uno de los vegetales más ricos para incorporar en la dieta. Hervido y acompañado por una porción de carne o pollo, en una sopa o incluso salteado en un plato de pastas. Podemos comerlo hervido acompañando carne o pollo, en una sopa, e inclusive salteado en una pasta.

Muchas familias dejan de incorporarlo a las dietas por el fuerte olor que desprende el brócoli al hervirlo en una olla. Sin embargo, esta verdura posee destacadas propiedades nutritivas. Considerada una «estrella alimenticia», pertenece al grupo de los 10 productos más nutritivos. Contiene fibras, fósforo, zinc, folato y las vitaminas A, B, C y K. Para aquellas personas que buscan regular su peso o disminuirlo, este alimento es una gran elección para introducir en la rutina diaria.

Se estima que cada porción, equivalente a una taza de 91 gramos, cubre toda la necesidad de las vitaminas C y K. La vitamina C no se produce en el organismo, por lo que es fundamental su incorporación a través de alimentos sanos y frescos. Entre sus funciones más destacadas, se resalta su participación en el crecimiento y reparación de los tejidos, siendo un antioxidante natural que juega un rol preponderante en la prevención del cáncer, contrarrestando así el proceso de envejecimiento y, a su vez, reduciendo el daño en los tejidos producido por tóxicos.

El brócoli ayuda a que el calcio se una a los huesos y juega un rol relevante para que tengan una consistencia sólida

La vitamina K, conocida como la «vitamina de la coagulación», permite que este proceso se desarrolle correctamente. Si la piel sufriera algún corte o se dañara un tejido del cuerpo, sangraría sin parar ocasionando la muerte por la escasez de sangre.

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Desintoxicante natural

Componentes que tiene esta verdura participan del sistema de desintoxicación. Estas sustancias solucionan un problema cuando por error está activada de manera constante la inflamación crónica.

Previene el cáncer

El sulforafano es la sustancia más relevante que contiene el brócoli. Está asociada a la prevención de ciertos tipos de cáncer, como por ejemplo: próstata, colon (intestino grueso), y pulmón. El sulforafano bloquea la acción de unas proteínas especiales llamadas enzimas «histona deacetilasas» que participan en la progresión de la malignización de la célula.

Reduce el riesgo cardiovascular

El sulforafano también tiene un efecto anti-inflamatorio en ciertas áreas de las arterias. En realidad, esta sustancia activa el gen NFE2L2 (también conocido como gen NRF2) que ejerce un efecto protector anti-inflamatorio en estos vasos sanguíneos. Por lo tanto, al comer brócoli se puede disminuir el riesgo de tener un infarto de corazón.

Disminuye el riesgo de alteraciones visuales

Un alto consumo de vitaminas A (β – caroteno), vitamina C, vitamina E y zinc se ha demostrado que reduce el riesgo para desarrollar la degeneración macular relacionada con la edad. Es una enfermedad que se presenta más frecuentemente después de los 60 años de edad, donde se altera la visión central afectando la posibilidad de leer y visualizar detalles finos. Todas estas sustancias están presentes en esta verdura, lo que demuestra que es más práctico, más sano y más beneficioso consumir brócoli, en lugar de tomar complejos vitamínicos. Este tipo de antioxidantes naturales son mejores que antioxidantes artificiales, y está claro que es así.

Embarazos saludables

Es una verdura que también tiene ácido fólico, el mismo que toman las embarazadas para prevenir malformaciones neurológicas en el bebé. Esta sustancia es una vitamina B, y participa activamente en el proceso de la división celular, en la síntesis de ADN, y evita que se produzcan alteraciones en la secuencia de ADN, o sea, previene las mutaciones.

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¿Cómo incorporarlo a la dieta?

Siempre es bueno tener una manera práctica de incluir esta verdura en la alimentación diaria. Los especialistas recomiendan consumir dos o tres veces por semana una taza (91 gramos) de brócoli u otra verdura de la familia crucífera, como es el coliflor.

Sopa de verduras. Es mucho más aconsejable que una crema de brócoli.

Hervido acompañando a una porción de carne, pollo o pescado preferentemente asado o grillado.

Complementado a una pasta. Puede ser con aceite de oliva extra-virgen o con una salsa con crema.

Arroz primavera o un risotto.

Salteado en el wok con otras verduras o arroz.

 

Por: Jorge Dotto

Jorge Dotto es médico (UBA) patólogo y genetista. Autor de «Génetica. Cómo puede cambiar nuestras vidas». @Jorge Dotto

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