A principios del siglo pasado, entre 1903 y 1907, se construyó en Campana lo que sería el primer automóvil artesanal argentino.

Su autor, el inmigrante español Manuel Iglesias, lo diseñó tornillo a tornillo y engranaje con muy pocas herramientas y una gran paciencia, logrando su objetivo en forma puramente artesanal, con sus propias manos. Más de 100 años después, se vuelve a proyectar en Campana un sueño similar.

Estamos hablando de lo que seguramente sea el primer utilitario argentino del Siglo 21: el Rastrojero Amperion. Su alma máter es Carlos Ptaschne (47), quien se radicó en las inmediaciones de la Ruta 4 en 1997. Según explicó a nuestros colegas de La Auténtica Defensa, el vehículo que está gestando se trata de un utilitario que será propulsado por 4 motores eléctricos, un por rueda, y su comercialización está planeada para el 2025.

Lanzado a principios de la década del ‘50, el Rastrojero original surgió como un vehículo con fines meramente laborales y se fabricó íntegramente en la Argentina con capitales estatales. Su precio era económico, al igual que el costo operativo. La primera versión era pick-up con espacio para tres personas en el habitáculo, ofrecía una capacidad de carga de 500 kilogramos y podía mantener una velocidad crucero de 80 km/h. Tuvo 2 generaciones y su producción se discontinuó en 1979.

Aquel concepto de una “chata” accesible y de bajo costo operativo el que inspiró a Ptaschne a relanzar la idea y ponerse a trabajar. “La historia del nuevo Rastrojero nace en Campana. Entre otras cuestiones, me llamaba la atención que en mi zona, las chacras de Río Luján y countries de Los Cardales, ver a decenas de prestadores de servicios (jardineros, pequeños productores agrícolas y constructores chicos, entre otros rubros), que se movilizan con autos de los años ‘90 que tiraban precarios trailers o carros caseros sin ningún tipo de seguridad. La falta de un vehículo específico que cumpla tal fin era demasiado evidente. Si bien yo tenía la posibilidad de fabricar trailers agregándole muchas ideas e innovaciones que tenía en la cabeza, no estaba satisfecho del todo… se podía hacer algo más grande: ¡revivir al viejo y querido Rastrojero!”, comenta el emprendedor.

La empresa se está armando principalmente con capitales nacionales, compuesta por empresas chicas, medianas y grandes. La inversión realizada hasta el momento en el proyecto ronda los U$S 450mil en estudios, gastos de viajes, abogados, gestiones de marcas y horas de trabajo. Actualmente, en forma directa acompañan a Carlos 10 personas y más de 100 colaboradores externos.

“Calculamos que trabajando a régimen, produciremos unos 40 vehículos al día y se emplearán directamente 300 a 400 personas, pero entre proveedores y colaboradores la cifra crece a más de 3000”, detalla.

“Estamos trabajando con la compra de los terrenos para la planta y el diseño de la línea de montaje, que tendrá lugar en Rosario. Eso está definido y hemos tenido en cuenta múltiples factores. Pero no tengo dudas que los primeros prototipos artesanales del nuevo Rastrojero, al igual que aquel primer auto que armó Iglesias, verán la luz en Campana”, concluye.

 

FUENTE: La Auténtica Defensa

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