Este martes se cumplen cinco años desde que Jorge Bergoglio se convirtió en el Papa Francisco. Impulsor de una Iglesia de y para los más pobres, supo cautivar al mundo de manera indudable.

Hace cinco años, un 13 de marzo de 2013, en una lluviosa jornada en Roma, miles de personas se congregaron en la Plaza San Pedro del Vaticano y millones a través de la TV para asistir a un momento histórico. Aquella fumata blanca anunciaba que la Iglesia Católica ya tenía nuevo Sumo Pontífice: era argentino y se llamaba Jorge Bergoglio.

A través del balcón de la Santa Sede, se asomaba Francisco y pronunciaba sus primeras palabras como Papa y lanzaba una de las frases que lo acompañan hasta ahora: «Recen por mí».

Desde aquel día hasta hoy transcurrieron cinco años de Pontificado de un Papa que, definitivamente, conquista al mundo.

Su estilo austero, el compromiso con los más desprotegidos, el acercamiento a la gente, lo convirtió en un líder mundial que incomoda a muchos poderosos.

Por muchos motivos, Francisco dejará una huella profunda en su legado.

 

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