La basura es el principal problema sanitario y ambiental que afecta de manera indiscriminada a todas las sociedades del mundo. Podrán existir comunidades muy diferentes entre sí. Podrán variar sus instituciones, sus estilos de gobierno, su grado de calidad institucional o de compromiso con la comunidad, pero los residuos son un problema común a todos. El mundo detenta más de 7000 millones de habitantes y todos y cada uno de ellos tienen algo para desechar.

En la Argentina se genera una tonelada de basura cada dos segundos. Es una enormidad. Hace tiempo que hay discusiones, normativas e iniciativas estatales o privadas que intentan solucionar el problema. Hay leyes, hay cooperativas de recicladores urbanos, hay contenedores, hay puntos verdes. Hay ciudades más avanzadas que otras en materia de gestión. Pero en promedio, el problema sigue siendo una batalla perdida.

 El promedio diario de desechos por habitante es de 1,03 kilos, equivalente a casi 45.000 toneladas diarias para el total de la población

Según un informe elaborado por la Dirección Nacional de Gestión Integral de Residuos, la Argentina se ubica entre los países de rango medio en generación per cápita diaria de residuos sólidos urbanos. El promedio diario de desechos por habitante es de 1,03 kilos, equivalente a casi 45.000 toneladas diarias para el total de la población (una tonelada cada dos segundos) y alrededor de 16,5 millones cada año. El mismo informe citado señala que con toda esa basura se podría formar una pirámide que tuviese 85 metros de base y la altura del Aconcagua, es decir 6.960 metros.

En el basural de Gualeguay no hay políticas coordinadas para el tratamiento de los residuos

En el basural de Gualeguay no hay políticas coordinadas para el tratamiento de los residuos

Sin embargo, la ausencia a nivel nacional de una política que regule la recolección y tratamiento de los residuos, genera realidades absolutamente diferentes a lo largo y ancho del país.

Como el Estado nacional y los estados provinciales han delegado la responsabilidad del problema en los municipios, la disparidad entre regiones es tan grande como la diferencia entre sus capacidades y recursos.

Ambiente y Medio pudo constatar este desequilibrio cuando visitó el basurero municipal de Gualeguay, localidad entrerriana de 45 mil habitantes. Su casco urbano, de calles tan limpias y plazas tan impecables, contrasta de manera virulenta con su caótico basural a cielo abierto.

Luisina Viviani, integrante del Foro Ambiental de Gualeguay, nos ayuda en la recorrida. Esta joven sostiene que para los gualeyos el problema de la basura se acaba en el contenedor de la esquina de su casa y que por eso es difícil realizar una tarea de concientización. «El basural es una especie de negación que tiene toda la sociedad sobre este asunto. Siempre nos queda cómodo pensar que la basura desaparece, que no va a ningún lado», sostiene.

 Luisina Viviani, del Foro Ambiental de Gualeguay: “La situación de este basural no es causalidad. Es una decisión.  Esta es la forma que se eligió para tratar la basura”

Como para graficar el caos y la gravedad reinante, un blister de AZT aparece entre cajas y bolsitas. Se trata de un medicamento antirretroviral utilizado en el tratamiento del VIH, mezclado entre los residuos que cartoneros y familias enteras revisan diariamente.

«La situación de este basural no es casualidad. En ningún lugar del mundo es casualidad. Es una decisión. Esta es la forma que se eligió para tratar la basura», dice Viviani.

Más de 100 familias,entre las que se encuentran niños, cirujean en el predio

Más de 100 familias,entre las que se encuentran niños, cirujean en el predio

La situación de Gualeguay es grave pero de ninguna manera única. Aunque a su gente y a sus autoridades no les guste que se hable de esto. Muchos no entienden que el problema los trasciende absolutamente. Esta localidad entrerriana es una víctima más de este enorme problema mundial. De esta ausencia de una política coordinada y dirigida desde un Estado nacional que se ponga al frente de una lucha contra esta descomunal injusticia que vive la Argentina.

Hoy la Ciudad de Buenos Aires tiene en funcionamiento más de 3200 campanas de separación de basura, 200 puntos verdes, espacios de recepción de reciclables limpios y secos, plantas de reciclado de áridos y puntos verdes móviles que recorren la ciudad recibiendo aparatos electrónicos en desuso y aceite vegetal. En Gualeguay, en cambio, 30 toneladas de basura diaria se acumulan a cielo abierto, en un predio en el que unas 100 familias cirujean y queman desechos electrónicos mientras los residuos patogénicos se mezclan con los orgánicos.

En Gualeguay se acumulan a diario 30 toneladas de basura a cielo abierto

En Gualeguay se acumulan a diario 30 toneladas de basura a cielo abierto

Buenos Aires y Gualeguay. Dos ciudades, dos realidades. El éxito y el fracaso. ¿Dónde está la diferencia? Pues no se trata de concepciones filosóficas, doctrinarias o políticas distintas: en ambas gobierna Cambiemos. ¿Será que Dios atiende en Buenos Aires y la prefiere limpia y ordenada?

 En la Argentina existen 5.000 basurales a cielo abierto. Mientras muchas familias cirujean en esos predios, se queman desechos electrónicos mientras los patogénicos se mezclan con los orgánicos

Si es así, alguien va a tener que ocuparse de la ignominiosa situación de los cinco mil basurales a cielo abierto que aún tiene la Argentina.

Alguien, aunque más no sea el Estado nacional, hasta que Dios habilite otras oficinas.

Sergio Federovisky recorrió las instalaciones del basural de Gualeguay

Sergio Federovisky recorrió las instalaciones del basural de Gualeguay

infobae.com

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