Los hechos
Hace 19 años, Argentina vivía el final del modelo de paridad cambiaria del peso con el dólar y de apertura sin freno de la economía, con una recesión que terminó en saqueos, muertos, la caída del Gobierno, 5 presidentes en 12 días de caos y la mayor moratoria de una deuda soberana de casi 100 mil millones de dólares.
De La Rua afirmó que hubo una «conspiración interna del Partido Justicialista y un hostigamiento del Fondo Monetario Internacional» para la caída de su gobierno, aunque también responsabilizó a su partido, la Unión Cívica Radical (UCR).

BUENOS AIRES. Hace 19 años, el sistema político atravesó por su peor crisis desde el retorno democrático. La dimisión el 20 de diciembre del radical Fernando de la Rúa abrió un período inédito en el que el país vio pasar cinco presidentes en apenas dos semanas. Así, Ramón Puerta, senador por Misiones, había ocupado el primer lugar en la línea de sucesión, puesto vacante por la renuncia de Carlos ‘Chacho’ Álvarez a la vicepresidencia. Cuando Fernando de la Rúa renunció, empujado por saqueos y muertes, Puerta asumió y convocó a una Asamblea Legislativa para elegir al sucesor. El misionero fue presidente por tres días.
Los otros
Después llegó el turno de Adolfo Rodríguez Saá, votado por gracias a un acuerdo de los gobernadores peronistas. El interinato de ‘El Adolfo’ se caracterizó por la declaración de no pago de la deuda externa y por la conformación un gabinete que no llegó ni a calentar los sillones. Debía convocar a elecciones para el 3 de marzo de 2003. Pero Rodríguez Saá, gobernador de San Luis durante 18 años, quiso quedarse un tiempo más, ambición suficiente para que los caciques del peronismo le quitaran apoyo. Renunció por televisión desde San Luis.
Llegó entonces Eduardo Camaño, duhaldista de fuste que ocupaba desde hacía tres semanas la presidencia de la Cámara de Diputados. Quedó como presidente de la Nación el 31 de diciembre, hasta la mañana siguiente. Armó un gabinete para unas horas y pasó la noche de Año Nuevo en la Rosada. El 1º de enero, la Asamblea Legislativa eligió presidente a Eduardo Duhalde. Cuando asumió, barras peronistas se agredieron en los alrededores del Congreso. En aquel 2001, Argentina entraba en su cuarto año de recesión, con más de un tercio de su población sumida en la pobreza y altos niveles de desempleo.

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