El 29 de Marzo de 1956, en la residencia Villa Giralda de Estoril, Juan Carlos de Borbón (Rey Juan Carlos I de España) mataba accidentalmente a su hermano menor Alfonso de un disparo en la cabeza. En 1931 la proclamación de la Segunda República, expulsó a la familia real del territorio español, por ello, los dos hijos de Juan de Borbón y María de Borbón nacieron en el exilio. El rey depuesto era consciente que ya no volvería ocupar el trono por ello tenía planeado consensuar con Franco preparara su hijo menor Alfonso para una futura vuelta al trono de la familia Borbón. Franco tenía otros planes, invitó a Juan Carlos a iniciar su instrucción militar en la Academia General Militar de Zaragoza bajo su directa tutela. Esto enfrentaba los planes de Juan de Borbón con los de Francisco Franco y por consiguiente a los hijos Juan Carlos con Alfonso, aunque ellos permanecían ajenos a ello. El 29 de Marzo de 1956, mientras esperaban para cenar, Juan Carlos de 18 años y Alfonso de 15 se encerraron en el estudio de su padre y comenzaron a manipular un revolver calibre 22. Creyendo que el arma estaba descargada Juan Carlos apuntó a la cara de Alfonso y apretó el gatillo, la bala ingresó por la nariz provocándole la muerte. El estruendo retumbó en la casa, su madre fue la primera en entrar quedando inmóvil, cuando ingresó su padre, ya sin nada que hacer, cubrió el cuerpo con una bandera española, hizo arrodillar a Juan Carlos y le hizo jurar que había sido un accidente. Franco divulgó la versión que el propio Alfonso se había disparado, pero la policía de Portugal a cargo de la investigación se negó a ser cómplice del engaño. En el entierro de los restos de Alfonso, su padre se abalanzó sobre el féretro mientras sollozaba, «-porque me lo mataste», incluso su tío ordenó una profunda investigación que se topaba con lo único que se contaba, la palabra de Juan Carlos. El tema es tabú en España, incluso nuevas generaciones ignoran el incidente.

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