Hacía mucho tiempo que no se sabía nada de Susana Romero, aquella «bomba sexual» de los años 80 que trabajó con Alberto Olmedo y Jorge Porcel. Este lunes, en Confrontados (Canal 9), el ciclo que lidera Marina Calabró, se comunicaron con ella y hablaron de su delicado estado de salud.

A los 62 años, Susana Romero lleva una vida saludable. Es vegetariana y hace años que no fumar ni bebe alcohol, pero sin embargo sufre graves problemas cardíacos. Sus hijas mellizas no pueden acompañarla presencialmente en este momento: una de ellas vive en España y la otra en Buenos Aires, a quien no ve desde que se decretó la cuarentena por la pandemia de coronavirus.

«No le avisé a nadie en este tiempo de pandemia inmunda. En los últimos tres meses tuve dos operaciones de corazón muy complicadas. No me siento bien, me falta el aire, estos días no me ayudan y la soledad tampoco. Ayer y hoy fueron los peores días, en cambio hay otros días en los que zafo. Estoy en plena recuperación y falta todavía porque encontraron también que tengo una parte de la carótida semi tapada. Es por el estrés, porque no fumo, no tomo nada», relató la actriz.

Con voz apagada y habla pausada, Romero continuó con su relato: «Hace más de tres años que vengo con problemas y cada vez peores porque nadie daba en la tecla. Creían que era un tema óseo y otras cosas, menos lo que tenía. Con los estudios, me dijeron que no tenía nada en los huesos y que quizá fuera algo cardíaco. Y salió que sí, que tengo un soplo en el corazón de toda la vida. Tengo el 76 % de las arterias tapadas, y también la femoral y la carótida. Entonces no sé cómo sería mi vida si no me cuidara. Ya me hubiera muerto. Me quisieron hacer tres by pass y me negué. Y me hicieron cinco stent. Me tuvieron que coser las arterias. Tomo muchos remedios, estoy harta. El médico me obligó a hacerme la segunda operación. Cada una duró seis horas. Estoy tan cansada… Y me hice las dos operaciones en el medio de la pandemia, con apenas un mes y pico de diferencia. Pero bueno, sigo respirando. Hasta cuando, no sé».

Apesadumbrada, Susana Romero agregó: «Estoy acostumbrada a estar sola. Mis hijas me llaman todos los días, me mandan lo que necesita para que no salga a comprar. De lejos, me cuida un montón, y hace lo que puede. El tema bravo es a la noche. Tengo el botón anti pánico pero si me caigo redonda en el piso, no puede venir nadie. Me dijeron que tenga una enfermera pero no quiero, estoy acostumbrada a estar sola». Recordemos que Susana estaba separada del padre de sus hijas (el escribano Abel Jacubovich), quien falleció hace unos años.

lanacion.com.ar

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