Aprendieron a hacer pelucas para pacientes en tratamiento oncológico

Un grupo de voluntarias que ofrecen cuidados estéticos a pacientes en tratamiento oncológico gestionó que dos capacitadoras de la provincia de Buenos Aires viajen a Resistencia para enseñarles a confeccionar pelucas. Con mechones de cabellos que les donaron varias personas y después de dos días de trabajo artesanal –mañana y tarde- lograron fabricar dos.

 

También habían organizado un té solidario y con lo recaudado se solventó el transporte y estadía de Liliana Pellegrini y Norma Oviedo, que desde Baradero les transmitieron su experiencia técnica.

Las representantes de Pelucas Solidarias Baradero acumulan amplia experiencia en realizar cuidados trabajos para satisfacer una importante demanda de varios puntos del país.

“Estamos contentísimas; alcanzamos a hacer dos pelucas y la idea es seguir haciendo otras”, contó a NORTE Analía Vargas.

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En los dos grupos el intercambio de información es frecuente y sus integrantes son expacientes, familiares o profesionales de la estética, peluqueras, cosmetólogas.

El sentido

De principio a fin las participantes destacaron el valor de la instancia, porque también les permitió actualizar y ampliar el uso de pañuelos y accesorios para la cabeza.

En cada contacto con la prensa explican la importancia de ese aspecto: no solo se trata de cuidar la apariencia sino de integrarse en espacios laborales y sociales, también se busca proteger la piel especialmente sensible y más en días de calor extremo.

Cómo ayudar

El insumo básico e indispensable es el cabello natural y se remarca que para donar no es necesario hacer un corte de grandes dimensiones sino que con un mechón alcanza. A las donaciones las recibe Anita, en su local de Saavedra 564, o a través de otras voluntarias que integran la red en la provincia.

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A diferencia de la oferta del mercado –nacional e internacional- donde se pueden comprar pelucas de muy buena calidad, ellas producen con un fin social y para una persona que no puede pagar varios miles de pesos.

Para continuar con su servicio, las voluntarias necesitan desde elementos accesibles como cabezas de isopor donde practicar, hasta otros bastante más costosos como dos máquinas de coser para fijar cortinas de cabello.

El producto

Realizar pelucas es un proceso extenso y trabajoso. Desde la selección de mechones, pasando por la prolija costura de capas hasta formar una trama mayor, colocada en un gorro adaptable, a la peluca todavía debe pasar por la peluquería para terminar de emprolijarse en largos, color y estilo. Todo ese recorrido justifica los costos de un producto terminado y disponible en una tienda de las grandes ciudades.

En una nota anterior las mujeres contaron que de existir un banco de pelucas por ejemplo se encontraría una alternativa a pagar unos $8000 a $15000 -promedio- por una peluca de cabello natural. “El cabello no es algo frívolo, la caída influye en el estado de ánimo de una persona con quimioterapia, en la mirada de sus afectos o de otros en los espacios públicos”, ejemplifican.

Las voluntarias son profesionales con matrícula profesional y ofrecen su atención a pacientes internados o ambulatorios dos días a la semana: lunes y jueves, por la mañana. Algunas cumplen tareas de difusión, dan turnos y se ocupan de los cuidados de manos y piel.

Diario El Norte

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