No ha de haber un solo baraderense que no lo conozca y al que, al mismo tiempo, no le hayan llamado la atención las paredes, con un llamativo suplemento, que lo constituyen. Se trata de un galpón de grandes dimensiones que se encuentra ubicado casi en la esquina de las calles San Martín y Pedro Alonso. En la actualidad y desde hace años sirve de cobijo a un taller mecánico, pero sus gruesas paredes y esa especie de «nervios» ostensiblemente notorios y llamativos, tuvieron una finalidad.
Hace muchos años, guardar el cereal se constituía en uno de los problemas más importantes que debían resolver los chacareros o los cerealistas. No existía el silo bolsa y los silos que había no los tenía cualquiera debido a su elevado costo. El galpón se hizo para almacenar cereales y sus gruesos muros lo contenían, por esa razón es que se le hicieron refuerzos ya que esas paredes debían soportar una fuerte presión lateral cuando el cereal se acumulaba en el galpón y presionaba con fuerza sobre ellas.
Probablemente o haya sido la única construcción de ese tipo por aquellos años, pero seguramente es una de las pocas, tal vez la única, que ha subsistido pese al paso del tiempo no obstante hallarse en un lugar céntrico de la ciudad.

El Diario de Baradero

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