En tiempos de Skype y Whatsapp, un antiguo personaje vuelve a escena. La paloma mensajera se reinventa como protagonista de un deporte, la colombofilia, que reúne a más de 2700 entrenadores que crían cada año aproximadamente 120 mil pichones que luego se utilizan para competir.

La paloma mensajera es un ave con una gran capacidad de orientación, es por eso que desde tiempos remotos se  la utilizó como medio de comunicación, durante las guerras, en el ámbito rural y en lugares de difícil acceso. Desde 1886 en Argentina comenzó a utilizase para la práctica de la colombofilia, una actividad deportiva donde las palomas compiten en carreras.

“Las palomas principalmente se usaban en la guerra, después se usaron para comunicarse y hoy en día se usan para competir. Consiste en soltar a las palomas a diferentes distancias para que luego ellas vuelvan a su palomar. Esa es la diferencia con las palomas que vemos todos los días en la calle o en la plaza que están sueltas. Ellas tienen la particularidad de orientarse donde uno las larga y regresan a su casa donde nacieron en realidad”, contó Fabián Protsman, Federación Colombófila Argentina, durante la Exposición Rural donde volvieron después de mucho tiempo.

“Se compite en todos los países. La cumbre de la colombofilia está en Holanda y Bélgica, son los más avanzados por una cuestión de genética y cuidados. En Argentina estamos bien, creo que necesitamos difundir más, tener más palomares. Estamos bajo la federación internacional, competimos a nivel sudamericano y a nivel internacional en mundiales”, agregó.

CÓMO SE ENTRENAN

“El entrenamiento consiste en una hora, hora y cuarto y media diaria en el palomar donde nacen. A los 30 días se separan de los padres, se los ponen en un lugar donde ellos puedan ver todo el ambiente para que se puedan ir ubicando dónde están y ellos solos van buscando de ir alejándose cada vez más  del palomar hasta que se van acostumbrando al lugar donde nacieron”, comenzó explicando Protsman.

“Después a medida que van creciendo uno los va estimulando, los va enseñando, llevándolos a cortas distancias, 40 km, 60 km, 80 km, y ellos van aprendiendo a volver a su casa. A veces ocurre que no vuelven, lamentablemente tienen accidentes o son corridas por aves rapaces y algunas lamentablemente no vuelven”, continuó.

Protsman contó que llevan una alimentación particular desde que nacen, que cambia a medida que van creciendo: “En la época que repluman y van cambiando el plumaje que es muy importante para competir se les da otro tipo de semilla y a medida que van volando a distancias mayores va cambiando el alimento”.

Las palomas pueden alcanzar una velocidad de 189 km/h, como ocurrió en un certamen en la Patagonia. En general se registran promedios de vuelo entre los 60  y 130 km/h según el viento.

COLOMBOFILIA EN ARGENTINA

En Argentina existen más de 130 Asociaciones Colombodílicas, radicadas en la mayoría de las provincias más la Capital Federal, todas afiliadas a la Federación Colombofílica Argentina. Hay aproximadamente 2700 colombofílicos, que crían cada año unos 120 mil pichones.

“Argentina en la región es líder, después como sucede en otros niveles los otros países han crecido mucho, como el caso de Colombia, Brasil, tiene una colonia muy grande de palomas mensajeras. A nivel internacional hemos tenido buenos logros”, explicó Protsman.

JURA DE PALOMAS

Después de tanto tiempo que volvimos notamos que la gente se interesa mucho. Ahora estamos con la jura, tenemos muchos ejemplares del interior y la idea es difundir, necesitamos que este deporte se conozca porque muchos dejaron por cuestión de edad y son pocos los jóvenes que se acercan por falta de conocimiento. Es un deporte que apasiona cuando uno se va interiorizando en las cosas”, concluyó.

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