Andrea y Nicolás son padres de trillizos, uno de ellos con Síndrome de Down. Pero a otro de los pequeños, de 18 meses, se le detectó un cáncer y lucha por su vida. La situación empeoró cuando el papá de los niños sufrió un infarto mientras se encontraba realizando trámites en Montevideo, Uruguay, donde tras ser intervenido se encuentra internado. Ante esta situación, y siendo el sostén de la familia, allegados iniciaron una colecta para ayudarlos económicamente.

Tal vez sea la prueba más difícil para una familia, la que hoy afrontan Andrea Angeleri, su esposo Nicolás Frontan Cafferatta, y sus tres hijos. Pero la solidaridad, una vez más, ha salido a flote rescatando lo mejor de nuestra Comunidad, que se ha movilizado buscando proporcionar ayuda a quienes protagonizan una verdadera historia de vida, que hoy escribe uno de sus capítulos más dramáticos.

Hace aproximadamente un año y medio, Andrea daba a luz a trillizos, tras someterse a un tratamiento de fertilización asistida para poder conformar la familia que tanto soñó. Allí nacieron Thiago, Santino y Olivia, ésta última, con Síndrome de Down. Tras una estadía obligada en cuidados especiales, distintos problemas de salud acompañan la condición de la pequeña, aún hoy.

Sin embargo, en el mes de Agosto una noticia golpearía duro el seno familiar: a Thiago le detectaron un cáncer (Tumor de Wilms), el cual tuvo que ser extirpado de inmediato, perdiendo el riñón derecho, e iniciando el tratamiento de quimioterapia correspondiente.

Nicolás, el padre de la familia, trabaja por su cuenta. Con mucho esfuerzo sostiene a su familia, y es el encargado de acompañar a Thiago en el difícil tratamiento, mientras Andrea cuida a sus otros dos hijos. Pocos días antes de la Navidad, la familia (excepto Thiago) debió viajar a Montevideo, Uruguay, para cumplir con unos trámites legales. La estadía era por un par de días. Sin embargo, otra vez el destino los sorprendería desde su costado más difícil.

Nicolás sufrió una descompensación. Conduciendo el auto familiar, como pudo llegó al Hospital Evangélico de la capital uruguaya. En la puerta se desplomó, y horas más tarde, era intervenido quirúrgicamente tras sufrir un infarto. Allí, el mundo pareció derrumbarse, una vez más, para su esposa.

Andrea se encontraba prácticamente sola, sin recursos y con dos de sus hijos (Olivia, además, carga con instrumental médico que la ayuda a respirar y comer, dada su imposibilidad). Igualmente, y con ayuda del personal del Hospital, y de su cuñado (quien vive en el País vecino), logró regresar a Campana, para poder encontrarse con Thiago, quien tuvo una recaída y debió ser internado en el Hospital Austral, donde debe continuar con su tratamiento.

Todo se ha vuelto cuesta arriba. Nicolás permanece internado en Uruguay, sin poder trabajar, claro está. La familia no tiene otros ingresos, ya que dada las complicaciones de los pequeños, Andrea no puede trabajar. Y hoy, se encuentra con la necesidad de cubrir los gastos de la obra social ($20.000 mensuales), más medicamentos, acompañamiento terapéutico, y también cuidados para su esposo, quien no podrá regresar a nuestra Ciudad por el momento.

Por eso, seres queridos y allegados iniciaron una campaña que comenzó a viralizarse por redes sociales, y a la que suscribimos. El aporte, por supuesto, es económico. “Todo peso, suma y ayuda mucho” nos cuenta Andrea, quien se acercó a nuestra redacción para contar lo sucedido. “Llegué a creer que Dios no existía, pero hoy entiendo que ésta es una prueba, una muy dura, y que si la puso en nuestro camino es porque podemos superarla” dice con lágrimas en los ojos y gesto cansado.

Para colaborar, se encuentra abierta una cuenta en el Banco Santander, a nombre de Angeleri Andrea Verónica, o bien mediante Mercado Pago, mediante el usuario [email protected]. Cualquier ayuda, por más mínima que sea, resulta de suma importancia. También hay una cuenta en Instagram (tripletolidodownsyndrome) donde ponerse en contacto.

Mientras Andrea nos muestra fotos de sus hijos, un mensaje a su celular la vuelve emocionar. Esta vez, es su marido. Por primera vez, y tras haberle practicado una cirugía a corazón abierto donde le colocaron un cuádruple by pass, toma contacto con ella mientras se recupera lentamente. “A él lo operaron el 24 de Diciembre. Ese mismo día, bautizamos a Thiago en la Clínica donde se hace el tratamiento. Creemos en los milagros, y sabemos que uno de ellos va a ocurrir. Nunca pierdo la esperanza” asegura quien hoy pelea por su familia. Y sin dudas, en esa lucha, no estará sola.

http://campanaargentina.com

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