Por Gabriel Moretti
Hace unos días empecé con algo tantas veces postergado. Gracias al acicate de unos amigos, a quienes agradezco, me dedicaré a escribir historias de Baradero para que de alguna forma se preserven.
El relato de hoy tiene como protagonista a un vecino llamado Cuero Duro Garvín (tal vez Garbín), supuesto autor de una de las bromas más grandes de la ciudad.
Entre el 12 y el 15 de marzo de 1930, el nadador Pedro Candiotti, “El tiburón del Quillá”, protagonista de numerosas hazañas deportivas, intentó unir Santa Fe con Buenos Aires. El nadador llegó a Baradero (abandonó en Alsina) luego de recorrer 345 Km. en 71 hs. 55 minutos. Varios vecinos dicen que lo vieron descansar en el hoy desaparecido bar de la familia Pintos, que incluía una cancha de paleta y quedaba en la calle Gallo, abarcando también parte de Anchorena.
“Cuero duro” sabía que Candiotti pasaría por Baradero, y diseñó su plan con complicidad de algunos amigos. Cuando se supo que Candiotti estaba cerca, el puerto se pobló de ciudadanos que aguardaban el paso del deportista. Incluso había autoridades, una banda musical y hasta ramos florales. En ese momento “Cuero duro” se arrojó a las aguas del río a unos cuantos metros del puerto. Al verlo, los vecinos comenzaron a saludarlo en la creencia que quien pasaba a nado era Candiotti, así fue que la banda arrancó con sus acordes y fueron arrojadas flores al río.
Cuentan los antiguos que «Cuero Duro» preguntó: “¿Qué pueblo es éste?”; “Baradero” respondió la multitud, y el nadador respondió con un “Salud, pueblo de Baradero”. Luego siguió su ruta y, ya lejos de la vista de todos, volvió a tierra firme.
Cuando el verdadero Candiotti llegó a Baradero, se sorprendió al ver que nadie lo esperaba: el puerto estaba vacío y un tal «Cuero Duro» se había llevado toda la gloria.

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