Cristian Vega es un joven muy conocido en nuestra ciudad; en una comunidad pequeña como Baradero, el hecho de ser albino no pasa inadvertido y en carácter de tal, quienes no saben su nombre, lo reconocen al menos por su aspecto. Eso es lo que desde afuera se percibe.

Cristian posee otra faceta de su personalidad que no trasciende hacia el exterior a simple vista como sí ocurre con su albinismo, es una persona muy valiosa en cuanto a lo humano ya que es respetuoso, trabajador y muy honrado, características que lo llevaron, tras tropezar con muchas, demasiadas dificultades para conseguir un trabajo, a ofrecerse para hacer mandados, comisiones bancarias y cosas por el estilo. Con eso se ayudaba y podía tener algún dinero propio, hecho que seguramente le proporcionaba ciertas satisfacciones personales.

Así era, con sumas y restas su vida hasta el lunes último cuando, como lo informara El Diario en su edición de ayer, tras salir de la casa de una cliente que le había entregado una suma de dinero para pagar algunas cuentas, dos desalmados lo asaltaron en plena calle. A bordo de una moto, entre los ambos sujetos lo obligaron a detener su marcha, le apoyaron un arma de fuego en el cuello mientras, con amenazas, lo obligaron a entregar el dinero ajeno que portaba, su celular, su billetera y hasta unas llaves.

Alguna vez escuchamos que los delincuentes lo son porque, entre otras cosas, no tienen reparo en perjudicar a quien fuere y es verdad; todo atropello es repudiable, pero no podemos menos que acumular mucha bronca cuando se afecta a personas que, como Cristian Vega, intentan ganarse la vida dignamente y a quien, además, la sociedad de alguna manera ha marginado en sus derechos.

Hemos leído por allí declaraciones en las que Cristian ha dicho que dejará de hacer mandados, asustado por lo que le pasó y también a instancias de su madre que no desea que continúe con esa tarea por lo que a partir de ahora las pocas horas que trabajaba pasarán a ser ociosas para alguien que, como muchos otros, deseando trabajar ansiosamente, no puede hacerlo.

No son las mejores épocas para que Cristian consiga trabajo, pero tal vez alguna vez la suerte le resulte favorable y, casi mágicamente, encuentre lo que desde hace largo tiempo busca con tanto empeño y no halla.

Gabriel Moretti

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