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La reducción del consumo de alcohol y de agua insalubre, la reducción de los índices de desnutrición infantil y de hipertensión arterial, así como la mejora del saneamiento y la disminución de las prácticas sexuales “de riesgo”, incrementarían la esperanza de vida a nivel mundial en 5 años, según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). No en vano, y según se desprende de los primeros datos correspondientes al informe Riesgos para la salud mundial, documento elaborado por la OMS y de inminente publicación, estos seis factores de riesgo son los responsables de la cuarta parte de las muertes que se producen en todo el mundo y de la quinta parte de los años de vida condicionados por alguna discapacidad adquirida. En este sentido, el informe incluirá una descripción pormenorizada de la carga de morbimortalidad mundial y regional asociada a 24 riesgos sanitarios diferentes. Esos factores de riesgo contemplan desde riesgos ambientales, como la exposición al humo provocado por combustibles sólidos en interiores, hasta riesgos fisiológicos, como la hipertensión arterial. Nuevos y viejos riesgos Y de la misma manera, también están cambiando también los hábitos de actividad física, alimentación y consumo de tabaco y alcohol. El resultado es que los países en vías de desarrollo deben afrontar una nueva “carga creciente” de enfermedades crónicas, que además deben aunar a las “clásicas” enfermedades infecciosas. En el informe Riesgos para la salud mundial se cuantificarán los efectos de los factores de riesgo entre 1990 y 2005, lo que permitirá analizar las tendencias de la exposición a los riesgos y de sus efectos, y se incluirán nuevos factores de riesgo como la ingesta de sal, la carencia de ácido fólico y la violencia de género. |