Ayer se realizó una audiencia destinada a comenzar a dilucidar y a resolver lo sucedido entre una alumna y un sacerdote en el Instituto »Santiago Ferrari» de Baradero. La misma se llevó a cabo en el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (I.N.A.D.I.), pero una de las partes involucradas pegó el faltazo.
Respecto al incidente protagonizado por una alumna adolescente (limitando con la niñez) del colegio católico »Santiago Ferrari» de Baradero y el cura párroco Lucas Gabriel Martínez, se llevó a cabo ayer una audiencia en el I.N.A.D.I.
Las madres que denunciaron al instituto religioso fueron acompañadas por el Secretario de Baradero Diversidad, Gian Barrás, y por el Director de Derechos Humanos, Luis Verdina.
 
A la audiencia tenían que asistir también el cura párroco denunciado, la directora del Instituto, Ana Silva de Batisti, y la abogada Graciela Buendía, quienes recibieron citaciones. Pero no se presentaron. Quién si lo hizo fue el abogado Marcos Marasovich, en calidad de apoderado del Obispado Zárate – Campana.
 
En la reunión se fijó un límite de cinco días hábiles para que el Obispado, liderado por Monseñor Pedro María Laxegüe, se expida respecto de este episodio, ya que el Dr. Marasovich no contaba con potestad para determinar una posición.
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