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El comisario mayor Ricardo Pedace, director de Medios de la Federal, defendió los procedimientos realizados en el caso de Lucas Rebolini Manso. Sus argumentos.

El caso de Lucas Rebolini Manso puso en tela de juicio el accionar de la Policía Federal Argentina (PFA). El hijo de los actores Antonio Grimau y Leonor Manso, de 36 años, había sido detenido el 6 de febrero pasado y murió cuatro días después de un paro cardiorrespiratorio. Su cuerpo permanecía en la morgue judicial, como NN y sin identificar, desde el 12 de febrero, hasta que fue reconocido ayer.

Por eso, la PFA ahora quiere defender sus procedimientos. El comisario mayor Ricardo Raúl Pedace, director de Medios de la fuerza de seguridad, reiteró que una de las dificultades que se presentó en el mecanismo de identificación fue que el cuerpo sin vida tenía deteriorada las «papilas dactiloscópicas» porque Rebolini Manso era «guitarrista».

«A veces es dificultosa la toma de impresiones. No solamente en personas como este chico, que era guitarrista. Hay varias profesiones que alteran la consistencia de las papilas dactiloscópicas», dijo Pedace.

Además, insistió con que otro de los inconvenientes fue que Leonor Manso denunció en sede policial el 3 de marzo que su hijo, de 36 años, había sido visto por última vez con vida el 22 de febrero.

«Entonces, empiezan los recorridos por morgues y pedidos a diferentes morgues, inclusive del Gran Buenos Aires, sobre la presencia de personas no reconocidas con fallecimientos producidos después del 22 de febrero», puntualizó en declaraciones radiales.

Pedace detalló luego que, ante los resultados negativos, la división Búsqueda de Personas de Policía Federal amplió su investigación.

«En Morgue Judicial, le hacen conocer a la división Búsqueda de Personas que lo único que había era una persona de edad similar, pero que su fallecimiento se había producido el 10 de febrero y se comprobó después que se trataba del cadáver de Lucas Rebolini Manso», concluyó.

El artista fue visto con vida por última vez a la 1.20 del 6 de febrero, cuando caminaba desnudo, descompuesto y desorientado en inmediaciones del cruce de las calles Castex y Salguero, en el barrio porteño de Palermo. Poco después, fue llevado al hospital Fernández, donde murió a los cuatro días como consecuencia de una intoxicación de cocaína y una neumopatía, según fuentes policiales y judiciales.

Fuente: DyN

Perfil.com

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