LONDRES — Casi 170 millones de niños en todo el mundo, incluidos más de 2,5 millones en Estados Unidos y medio millón en el Reino Unido, no recibieron la primera dosis de la vacuna contra el sarampión durante los pasados ocho años, lo que abre la posibilidad de brotes globales de la enfermedad, indica un informe de Unicef divulgado el 25 de abril.

«El caldo de cultivo de los brotes mundiales de sarampión de los que somos testigos hoy en día se estableció hace años», dijo Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF —el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia—, a través de un comunicado. «El virus del sarampión siempre encontrará a niños sin vacunar», agregó.

Entre las razones de esta preocupante tendencia, Unicef citó la falta de acceso a la vacuna, los sistemas de salud deficientes, así como el temor o el escepticismo respecto de las vacunas en general.

El ascenso del movimiento en contra de la vacunación, cuyos miembros son conocidos como antivacunas, en Estados Unidos y el resto del mundo podría estar ligado al rechazo del tratamiento. Simon Stevens, director del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, calificó el rechazo como «una grave y creciente bomba de tiempo de salud pública».

El rechazo ha sido alentado por la difusión de información falsa, a menudo en plataformas de redes sociales, sobre supuestos vínculos entre las vacunas y el autismo, una teoría rotundamente rechazada por científicos y médicos.

«Con los casos de sarampión que casi se cuadriplican en Inglaterra en solo un año, es extremadamente irresponsable que cualquier persona divulgue historias que infundan miedo sobre las vacunas, y las compañías de redes sociales deberían tener un enfoque de tolerancia cero hacia este contenido peligroso», dijo Stevens en un comunicado el 24 de abril.

El sarampión, una enfermedad viral altamente infecciosa que es más contagiosa que el ébola o la tuberculosis, es todavía una causa de muerte importante entre niños pequeños en todo el mundo, afirmó la Organización Mundial de la Salud.

(REUTERS/Rebecca Naden/File Photo)

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Más de 365 niños mueren de sarampión cada día, de acuerdo con Unicef, y la enfermedad también puede causar ceguera, sordera o daño cerebral.

Dos dosis de la misma vacuna combinada —sarampión, paperas y rubéola (conocida como triple viral)— son necesarias para proteger a los niños de la enfermedad. Para que una comunidad completa esté protegida, incluidos los bebés y otros que todavía no han sido vacunados —conocido como inmunidad de rebaño—, se necesita de una cobertura de inmunización del 95 por ciento. Sin embargo, la cobertura global es mucho más baja: en 2017, la cobertura en todo el mundo fue reportada en un 85 por ciento para la primera dosis y en un 67 por ciento para la segunda, indicó Unicef.

Casi 169 millones de niños en todo el mundo no recibieron la primera dosis, con un promedio de más de 21 millones de niños que no la recibieron cada año desde 2010 hasta 2017. Más de 2,5 millones de niños en Estados Unidos, y más de medio millón en Francia y el Reino Unido, no recibieron la primera vacuna contra el sarampión entre 2010 y 2017.

¿Podría ser la cifra tan elevada que afecte la inmunidad de rebaño del Reino Unido? Depende, dice Anna Schurich, una profesora de Inmunología en el King’s College de Londres.

«Si tienes zonas de padres que no vacunan a sus hijos y todos viven cerca, entonces incluso números relativamente bajos de niños no vacunados pueden volverse problemáticos, debido a que podrían infectar potencialmente el uno al otro», dijo. «Si los niños no vacunados están muy apartados, entonces el riesgo es, por supuesto, más bajo», agregó.

El Reino Unido eliminó el sarampión en 2016, dijo el gobierno. Sin embargo, aunque la enfermedad ya no es endémica del país, el Reino Unido ha experimentado brotes recientes de sarampión, y los niveles de inmunidad entre principalmente personas jóvenes permanecen más bajos de lo requerido.

«El sarampión es una de las enfermedades más contagiosas que conocemos, así que puede necesitar solo una persona infectada en un área con tasas de vacunación bajas para causar un brote», dijo Salud Pública de Inglaterra, un organismo gubernamental, mediante un comunicado en enero.

Brotes de la enfermedad han sido reportados en ciudades británicas como Leeds, Liverpool, Birmingham y Surrey desde octubre de 2017, de acuerdo con el Servicio Nacional de Salud. Sin embargo, Mánchester parece ser un punto focal de la enfermedad en el país, con 47 casos de sarampión desde principios del año, dijo la semana pasada Salud Pública Inglaterra. El año pasado, la ciudad tuvo en total tres casos, informó la BBC.

El aumento de la enfermedad en el Reino Unido sigue la desconcertante tendencia en todo el mundo.

Estados Unidos, por ejemplo, tiene reportes de 695 casos de sarampión este año —la cifra anual más alta registrada desde 2000—, dijeron funcionarios de salud federal el 24 de abril.

Unicef advirtió en marzo que el sarampión ha crecido globalmente: los países sin casos reportados de sarampión en 2017 experimentaron un brote de cientos de casos el año pasado.

Brasil —donde la ausencia de casos de sarampión en 2017 fue seguida de una cantidad pasmosa de 10.262 casos en 2018— encabezó la lista. Después, le siguió Moldavia, con 312 casos en 2018, y Montenegro, con 203.

«El sarampión puede ser la enfermedad, pero con demasiada frecuencia el verdadero contagio es la desinformación, la desconfianza y la complacencia», dijo Fore en ese momento.

En algunos casos, las personas no toman la enfermedad con la suficiente seriedad, debido a que no ven a menudo el peligro en su entorno inmediato, dijo Schurich en una entrevista telefónica el 25 de abril. En otros casos, podría deberse a que consideran las vacunas como inseguras o contra natura.

«Pienso que existe un tipo de nuevo movimiento tal vez generalmente contra la medicina, pero especialmente la vacunación, que la vacunación no es natural», dijo.

«El sarampión puede ser la enfermedad, pero con demasiada frecuencia el verdadero contagio es la desinformación, la desconfianza y la complacencia».

El movimiento antivacunas ha estado en crecimiento en Europa, más notoriamente en Polonia, según un informe de la Unión Europea publicado el año pasado. El número de rechazos a las vacunas en el país creció de 4893 en 2007 a 23.147 en 2016, menciona el informe.

La República Checa, Finlandia y Suecia también han experimentado un descenso brusco en la confianza en las vacunas, de acuerdo con el informe. Sin embargo, otros países europeos están tomando una postura diferente.

En Italia, un declive en las vacunaciones en todo el país y un brote de sarampión alentó al gobierno a prohibir que alrededor de trescientos niños en la ciudad de Bolonia asistieran a la escuela en marzo, al hacer cumplir una ley que señala que los niños inscritos en planteles educativos deben tener diez vacunas.

Era una decisión muy diferente a la medida temporal adoptada por las autoridades el año pasado —después de años de que el gobernante Movimiento Cinco Estrellas contribuyera a fomentar la confusión sobre las vacunas— que permitió a los niños permanecer en la escuela mientras que sus padres dieran fe de que habían sido vacunados. Una nota del médico no era necesaria.

*Copyright: c.2019 New York Times News Service

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