El médico neurocirujano Leopoldo Luque, imputado tras el fallecimiento de Diego Armando Maradona, pidió a la Justicia que se investigue a un clínico y un neurólogo que atendían al astro en su vivienda de Tigre, ya que eran quienes “controlaban y medicaban al paciente».

Luque apuntó contra el médico Pedro Di Spagna y el médico neurólogo Macías quienes actuaban “controlando y medicando al paciente dando las instrucciones medicas a los enfermeros”.

Vale recordar que Maradona murió a los 60 años el 25 de noviembre de 2020, en una casa que su familia había alquilado en el barrio privado San Andrés, de Tigre, a dos semanas de su externación de la Clínica Olivos, donde había sido sometido a una neurocirugía por un hematoma subdural en el cerebro.

La autopsia determinó que murió como consecuencia de un “edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada” y descubrieron en su corazón una “miocardiopatía dilatada”.

De acuerdo con los resultados de los estudios toxicológicos realizados, Maradona no tenía alcohol ni drogas ilegales en su organismo, aunque sí detectaron psicofármacos.

haceintantes.com

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