Carlos Ávila, fallecido este sábado a los 77 años, no sólo fue el ideólogo de Torneos y Competencias, la empresa a través de la cual se lanzó a la televisación del fútbol durante largos años. En la Argentina, fue el fundador del fútbol show moderno, tal como hoy lo conocemos.

Había nacido en Paraguay, pero siendo aún un niño se trasladó con su madre a la Argentina. Tras una infancia en la pobreza, llegó a convertirse en el inventor de una fórmula imbatible: la pasión por el más popular de los deportes y las nuevas tecnologías que asomaron en el mundo de las transmisiones deportivas a partir de la década del 80.

Su carrera se había iniciado en 1958, como cadete en una agencia de publicidad. Y como creador de Torneos y Competencias impuso un sello de estilo, ya que ninguno de sus programas se parecía a los de otras producciones. Así llegó a dirigir una larga lista de medios que incluyó a América TV, radio La Red y la revista El Gráfico, entre otros.

Pero su puntapié inicial en el mundo de las transmisiones televisivas no estuvo relacionado con el fútbol, sino que fue con el golf, en 1982. Un año después se convirtió en productor de El Deporte y el Hombre, el histórico programa conducido por Pancho Ibáñez. Finalmente echó a andar el gran sueño del Fútbol de Primera.

A partir de ese sueño hecho realidad se convirtió en un personaje clave de la televisión y del fútbol hasta avanzado el siglo 21.

Fue Fútbol de Primera, donde estuvo acompañado por su hijo Juan Cruz, el formato que cambió la historia del fútbol televisado, mediante imágenes de alta calidad, edición y musicalización celosas del resultado final, y una apertura de avanzada en el tiempo.

Pero, sobre todo, aquel ciclo tuvo la gran virtud de encontrar en los futbolistas y en las hinchadas a sus protagonistas. Y eso lo hizo definitivamente distinto, único e imperdible.

Algunos lo llegaron a llamar “el dueño de la pelota”, pero Carlos Avila afirmaba que del fútbol estrictamente no sabía mucho y se definía a sí mismo como un “organizador”.

Hincha de River Plate, llegó a presentarse sin suerte como candidato a presidente del club de Núñez y fue justo ese el sueño que no pudo materializar.

Para explicar su fórmula del éxito, alguna vez dijo que logró llegar tan alto porque nunca dejó de soñar: “Tener sueños es pensar cosas, imaginar oportunidades y luego poder concretarlas”.

a24.com

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