El cielo estaba gris…
y de repente en la noche se abrió
un camino,
comenzaron los flashes intermitentes,
quizás te recibían tus amigos fotógrafos
o quizás
también el cielo quería recibirte como te lo merecías.
Te fuiste Darío, dejando consejos,
recuerdos,
dejando algo en cada uno de nosotros
como aquel que se va en silencio
pero te deja tatuada su huella.
Las gotas de lluvia de una nube
se mezclan con mis lágrimas
que caen de mi rostro confundido.
Te fuiste Darío, así…
como para no molestar.
La madrugada siempre tendrá tu ausencia
y tu presencia en cada salida de sol.
Te fuiste Darío,
y te juro amigo
que el último disparo de tu cámara
fue directo a mi corazón!

Juamba

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