Miguel Calero, arquero colombiano.AFP

Este día se conmemora el natalicio del guardameta colombiano nacido en 1971 y quien falleció en 2012. Atajó en Deportivo Cali, Atlético Nacional y en Pachuca en México.

La posición de arquero en el fútbol no es fácil. Es el encargado de evitar los goles y sus equivocaciones son más propensas a las críticas, que las de un delantero que pierde una oportunidad de gol. A lo largo de la historia se han destacado algunos nombres: Yev Yashin, Dino Zoff, Ubaldo Fillol, René Higuita, José Luis Chilavert, Miguel Calero, entre otros. Precisamente por este último desde 2013, todos los 14 de abril se celebra el Día Internacional del Arquero.

Este día se conmemora el natalicio de Calero, arquero colombiano nacido en 1971 que atajó en Deportivo Cali, Atlético Nacional y en Pachuca en México. Es una leyenda bajo los tres palos. A lo largo de su carrera disputó 945 partidos. También estuvo presente en seis Copa América con la selección de Colombia.

Sin embargo, en 2011 sufrió una trombosis venosa en el brazo izquierdo. Por esa razón, abandonó las canchas el 29 de septiembre del 2011, sin poder finalizar la temporada. Su salud se deterioró y murió en diciembre de 2012, a los 41 años,

producto de un infarto cerebral derivado de una embolia en el hemisferio derecho.Su muerte sacudió el mundo del fútbol mexicano y colombiano. Fue velado en el estadio del Pachuca, rodeado de 10 mil hinchas.

Los inicios de Miguel Calero

 

Ginebra, Valle, vio nacer a Calero un 14 de abril de 1971. Allí se inició en el fútbol en calidad de atacante, sin conocer por aquellos días que esa posición se convertiría en su continuo rival. El técnico Carlos Portela lo observó en la Escuela Carlos Sarmiento Lora y decidió probarlo para aprovechar sus 1,89 metros de estatura.

El desaparecido Sporting de Barranquilla fue el club donde debutó, antes de convertirse en un fijo de las convocatorias a la Selección Colombia; junto con Óscar Córdoba y Farid Mondragón, conformó un trío espectacular de guardametas que defendió el arco nacional durante más de una década.

En 1992, disputó los Juegos Olímpicos de Barcelona y arribó al equipo de su corazón: el Deportivo Cali, con el que conquistó el rentado colombiano de 1996, de la mano del actual timonel verdiblanco, Fernando ‘Pecoso’ Castro. Luego, fue transferido a Nacional y ganó una liga local y una Copa Merconorte, previo a ser adquirido por Pachuca en una cifra récord, 1,3 millones de dólares.

El equipo mexicano, organizado, pero sin muchos títulos en sus vitrinas, empezó a ganar con Calero como capitán y referente. En el estadio Hidalgo, casa de los tuzos, se alzó con 10 campeonatos: cuatro ligas, cuatro copas de campeones de la Concacaf, una Superliga y una Copa Sudamericana. El ‘Show’ jugó con Pachuca 495 partidos.

Tal vez su única deuda en el balompié profesional fue la de no haber dicho presente en una Copa del Mundo de mayores con el combinado tricolor. Participó en el Mundial Sub-20 de 1989 en Arabia Saudita e integró el plantel que se coronó campeón en la Copa América 2001.

Miguel Calero es el máximo ídolo en la historia del Pachuca y uno de los arqueros más recordados en el fútbol colombiano. Quizá abandonó el mundo demasiado temprano, pero él sentía que disfrutó su vida a plenitud. Así lo demostró con la frase que siempre repitió: “Si naciera de nuevo, me volvería a llamar Miguel Calero y a vivir la misma vida que me tocó”.

elespectador.com

Comentarios de Facebook