El suicidio actualmente es considerado un trastorno de salud mental, aparece en los manuales diagnósticos internacionales en apartado  de los trastornos que necesitan más estudio.

Este trastorno lo puede sufrir cualquier persona o también puede ser un síntoma de otras enfermedades de salud mental como la depresión, la esquizofrenia, etc.

Los otros trastornos de salud mental que tienen al suicido como síntoma y presentan una prevalencia alta. El 90 % de los  suicidios, estudiados postmortem por autopsias psicológicas, confirman que las personas que se suicidaron tenían trastornos psiquiátricos.  (Isometsa, 2001). Mientras más  trastornos de salud mental sean considerados en una persona es mayor el riesgo de suicidio.

La Asociación Americana de Psiquiatría (APA 2003) considera que los siguientes trastornos  son los que mayor prevalencia tiene en relación al  riesgo suicida pueden llegar a ser: trastornos de la alimentación, trastornos bipolares, depresión mayor, conductas adictivas mixtas, distímia, trastornos obsesivos-compulsivo, trastorno por angustia, esquizofrenia, trastornos de la personalidad, abuso de alcohol, enfermedades terminales.

Los trastornos que más están relacionados con el suicidio, como síntoma, son los trastornos afectivos. (Angst y Stassen, 1999). Estudios metanaliticos (Harris y Barraclough 1997) mencionan que la depresión tiene 20 veces más riesgo de suicidio, el trastorno bipolar 15 y la distímica 12.

En los casos depresivos, el riesgo es especialmente alto al inicio o al final de los episodios depresivos. Así también otros estudios muestran que el 15 % de las personas que son diagnosticadas con trastorno depresivo mayor  se suicidan (Guze y Robins 1970).

En Argentina contamos con la Ley Nacional 27.130. Ley Nacional de Prevención del Suicidio, esta Declara de interés nacional en todo el territorio de la República Argentina, y su contenido se orienta a la atención biopsicosocial, la investigación científica y epidemiológica, la capacitación profesional en la detección y atención de las personas en riesgo de suicidio y la asistencia a las familias de víctimas del suicidio.

Los Objetivos de la Ley Nacional de Prevención del Suicidio son:

  1. a) El abordaje coordinado, interdisciplinario e interinstitucional de la problemática del suicidio; b) El desarrollo de acciones y estrategias para lograr la sensibilización de la población; c) El desarrollo de los servicios asistenciales y la capacitación de los recursos humanos; d) La promoción de la creación de redes de apoyo de la sociedad civil a los fines de la prevención, la detección de personas en riesgo, el tratamiento y la capacitación.

Una de las cuestiones a destacar en la Ley Nacional es que considera a la atención como un derecho y en su Artículo 8 expresa: Toda persona que realizó un intento de suicidio tiene derecho a ser atendida en el marco de las políticas de salud y la legislación vigente. El equipo de salud debe priorizar la asistencia de los niños, niñas y adolescentes sin ningún tipo de menoscabo o discriminación.

Las provincias que ya cuentan con adhesión a esta norma nacional y cuentan con leyes propias que permiten que en los territorios provinciales se apliquen estos mismos criterios que declama la Ley 27130 son: Buenos Aires – Ley 14991, Catamarca – Ley 5484, Cordoba – Ley 10357, Corrientes – Ley 3664, Chaco – Ley 7574, Chubut – I-570, Jujuy – Ley 5938, La Pampa – Ley 3040, Neuquén – Ley 3089, Salta Ley- 7909, Tierra del Fuego e Islas del atlético sur – Ley 1052 y Tucumán – Ley 8920. (Legisalud 2018)

En los últimos informes del Ministerio de Salud de la Nación (DESIS 2016) se registraron en todo el país 3139 muertes por suicidio, en todo el país y ambos sexos. Siendo los varones los que tienen mayor números de muerte sobre las mujeres. Las franjas etarias que mayor números de suicidios se presentan son de 15 a 24 años de edad con 850 muertes, de 25 a 34 años de edad con 635 muertes, de 35 a 44 años de edad con 444 muertes, si sumamos estas muertes podemos decir que entre 15 y 44 años de edad murieron en nuestro país 1929, que representa el 61,45 % del total de las muertes por suicidios en nuestro país.

El suicidio es prevenible y previsible, las personas que van construyendo el proceso suicida (Paez, Alvarez, et al 2014) van dando señales claras que tienen que ser leídas por el entorno, para poder colaborar con la persona y que puedan acompañar a la persona a realizar una consulta a las ares de salud mental y luego continuar con un tratamiento específico.

Las personas que van transitando el proceso suicida que luego se constituye en el trastorno del comportamiento suicida van mostrando estas señala: baja autoestima, tristeza, rasgos depresivos, aislamiento, insomnios, temores nocturnos, autolesiones, negación del peligro, violencia  y hacia terceros, desesperanza, abuso y consumo de sustancias, ludopatías, expresiones relacionadas con desaparecer, no querer vivir, incapacidad para afrontar las emociones, sentimiento de soledad, entre otros. Es necesario tener en cuenta que una de estas señales no muestran que la persona esta contrayendo su plan de muerte, pero,  si son varias las señales, es posible que estén construyendo ese plan. Lo mejor es prestar atención y realizar una consulta a salud mental.

Ante estas situaciones las acciones básicas son: asistir inmediatamente a la persona la persona y acompañarla que asista a una consulta de salud mental, creer lo que expresa, tomar en serio las manifestaciones relacionadas con querer morir, no cuestionar sus sentimientos, no aconsejar, hacerle saber que nuestra intención es ayudarlos, ayudarlo a buscar posibles alternativas de resolver saludablemente lo que le sucede, escuchar más que hablar.

La persona que está pensando como forma de resolver lo que le pasa con la muerte; en realidad  no quiere morir, quiere dejar de vivir como está viviendo; se siente solo, piensa que nadie se interesa por ellos, que nadie los quiere, que nadie los escucha, que nadie toma en serio sus problemas, que no hay solución de sus problemas y su situación, que no vale la pena seguir viviendo.

Por todo esto tenemos que prestar atención y poder acompañarlos para que puedan ser atendidos por los equipos especializados inter disciplinarios que prevé la Ley Nacional de Prevención del Suicido.

Si alguna persona está pensando en quitarse la vida o alguien tiene algún conocido que  lo expreso, es necesario poder ayudarlo a que pueda iniciar un tratamiento que le permitirá reaprender a construir un nuevo proyecto de vida luego de superar los problemas. Si alguna persona ingresa a los sistemas de salud, luego de una crisis suicida es necesario que se lo evaluar desde los aspectos psicológicos y psiquiátricos en virtud que por lo general luego de disminuir la crisis suicida parece que todo vuelve a la normalidad, pero no es así, solo se resolvió la crisis suicida pero no lo que está influyendo para que la persona haya planeado quitarse  la vida.

La escuela es otro de los lugares donde este trastorno se expresa y se detecta, si algún compañero ha comentado que quiere dejar de seguir viviendo es necesario que informes a un profesor o profesora de confianza, ellos podrán orientarlos para que los equipos de orientación o gabinetes puedan hacer las primeras contenciones y luego derivado a una evaluación más específica.

Hay varios recursos a los que se pueden acudir en situación de crisis o para tratamiento. Para informarse, existe la plataforma www.hablemosdetodo.org.ar donde los jóvenes o cualquier persona pueden consultar y obtener información en línea. El Programa de Prevención, Atención y Posvención del suicidio de la Fundación Manos Unidas Por la Paz cuenta con un equipo inter disciplinario especializado que pueden realizar los diagnósticos y los tratamientos – [email protected] o 011-46641936. La contención en crisis telefónica es posible en algunas de las ciudades de nuestro país marcando el número 135.

Hoy en día la formación en este campo es de suma importancia, para los profesionales de salud, educación, seguridad, medios de comunicación  y existe una oferta académica que es el Diplomado Universitario en Suicidología que se dicta en la Universidad de flores.

Los medios de prensa cuentan con una guía para el tratamiento de esta problemática construida desde la Dirección Nacional de Juventud y la Dirección de salud Mental y Adicciones.(Salud Mental- Juventud 2017)

Es necesario dar a conocer este Trastorno para que más personas puedan identificar las señales que las personas dan cuando construyen este cuadro clínico de Salud Mental, de esta forma, en la familia, en la escuela o en el trabajo, se podrán identificar y poder acompañar a personas con esta dificultad teniendo como premisa que todos podemos colaborar para la prevención del suicidio.

Autores: Lic. Martin Álvarez- Lic. Ernesto Páez

Suicidología Argentina

 

 

  • Alta Federal de Legislación Sanitaria de la República Argentina. Presidencia de la Nación. http://www.legisalud.gov.ar
  • American Psychiatric Association (2003): practice guidelines for the treatment of psychiatric disorder¨, Washington, D.C. American Psychiatric Association.
  • Angst, J.; Angst, F.; Stassen, H. H. (1999) Suicide risk in patient with major depressive disorder. J Clin Psychiatry, 60 (suppl 2): 57-62
  • Estadísticas vitales del Ministerio de Salud de la Nación . 2016
  • Guze, S. B.; Robins, E. (1970): Suicide and primary affective disorders, Br J Psychiatry, 117 (539): 437-8.

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