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La directora del Museo Municipal, Verónica Noya, en compañía del arquitecto Adrián Camino y un hijo de éste, el arqueólogo Ulises Camino, presentaron ayer, en el ámbito del museo Alejandro Barbich, la maqueta que los Camino elaboraron y que representa al poblado de Baradero en el año 1815.

La puerta de entrada al cementerio estaba sobre la actual calle Paso al 600.
La puerta de entrada al cementerio estaba sobre la actual calle Paso al 600.

Se trata de un trabajo magnífico realizado sober los datos aportados por un plano de Baradero realizado en el año 1815 por el topógrafdo español José María Manso, agrimensor e ingeniero que participó activamente de la Revolución de Mayo y del gobierno de Bernardino Rivadavia. Manso realizó, entre 1815 y 1829, numerosos planos en la Provincia de Buenos Aires. Fue el padre de Juana Manso, escritora y primera militante feminista de la Argentina.

La iglesia principal, ubicada casi en el centro de la manzana y no en la esquina como ahora.
La iglesia principal, ubicada casi en el centro de la manzana y no en la esquina como ahora.

La maqueta está realizada a escala 1:500, es decir 500 veces más pequeño que el tamaño real y permite ver perfectamente las características principales de la población hace dos siglos con el detalle preciso referido al tipo de techo de cada construcción que se reportaron de tejas o de paja.

Como curiosidad, el trabajo permite observar que por esa época, la actual Plaza Mitre era nada más que un páramo, sin pasto siquiera, utilizado para el estacionamiento de carretas, que la Iglesia Santiago Apóstol estaba ubicada en el centro de la manzana que hoy ocupa y no en la esquina como posteriormente se la construyó y que el cementerio tenía su puerta de ingreso sobre la calle Paso, entre las actuales Anchorena y Laprida, manzana situada frente a la actual Escuela Marcos Sastre.

Adrián y Ulises Camino flanqueando a Verónica Noya.
Adrián y Ulises Camino flanqueando a Verónica Noya.

Ya estaban claramente trazadas las actuales calles San Martín, Anchorena y Laprida y sus transversales Paso, Bulnes, Sta. M. de Oro, Malabia y Darragueira mientras que el resto casi como que hay que adivinarlas. Se observa que partiendo desde el centro, a medida que la distancia va creciendo, va decreciendo la cantidad de viviendas y ya, a pocas cuadras de la iglesia, hay manzanas enteras ocupadas nada más que por una sola casa.

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La observación de la maqueta se torna un muy interesante ejercicio para todos los baraderenses curiosos de saber cómo era el poblado cuan do habían pasado cinco años nada más, de la Revolución de Mayo y todavía faltaba uno para la formal declaración de nuestra independencia.

El Diario de Baradero

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