El día de Todos los Santos es una Solemnidad en la que la Iglesia celebra juntos la gloria y el honor de todos los Santos, que contemplan eternamente el rostro de Dios y se regocijan plenamente en esta visión. A nosotros, fieles, este día nos enseña a mirar a aquellos que ya poseen el legado de la gloria eterna.

Algunos la llaman también «Pascua de Otoño», la importante solemnidad que hoy celebramos como miembros activos de una Iglesia que una vez más no se mira a sí misma, sino que mira y aspira el cielo. La santidad, en efecto, es un camino que todos estamos llamados a seguir, siguiendo el ejemplo de nuestros hermanos mayores que nos son propuestos como modelos porque han aceptado dejarse encontrar por Jesús, hacia quien han ido con confianza trayendo sus deseos, sus debilidades y también sus sufrimientos.

Los Santos son los hijos de Dios que han alcanzado la meta de la salvación y que viven en la eternidad esa condición de bienaventuranza bien expresada por Jesús en el discurso de la montaña narrado en el Evangelio. Los Santos son también los que nos acompañan en el camino de la imitación de Jesús, que nos conduce a ser la piedra angular en la construcción del Reino de Dios.

Comentarios de Facebook