Orgullosa, levantando el anillo. Así me espera Sasha Cagen en el Jardín Japonés. Es el lugar donde se autocasó. Sí, se propuso casamiento, aceptó, tuvo dos testigos y hasta leyó sus propios votos. Ella es norteamericana, impulsora de este movimiento y curiosamente decidió casarse en esta parte de la ciudad de Buenos Aires.

Radicada en nuestro país, fanática del tango, cuenta que la clave de esta práctica está en aceptarse a uno mismo tal cual es. Un compromiso para toda la vida. «Por ahora estoy muy feliz y no me arrepiento», dice mientras larga una carcajada.

Sasha, con sus dos testigos. El día que decidió casarse consigo misma.
Sasha, con sus dos testigos. El día que decidió casarse consigo misma.

Si bien es algo que practican más bien mujeres, pueden hacerlo hombres también. «Es ir contra el mandato familiar del tener que casarse y al mismo tiempo estar bien con uno», se explaya mientras las parejas que tenemos alrededor se sacan selfies entre los jardines.

Algunas personas deciden hacer una celebración más tradicional, con vestido blanco y simulando un casamiento estándar. Para este tipo de fiestas, en Estados Unidos, ya existen agencias específicas que se encargan de los preparativos y hasta de mandarte un solo anillo. «Es una alternativa más económica, invitás solo a tu gente», amplía Sasha.

Ya hay agencias que ofrecen un kit para tu autocasamiento. Foto: I Married Me
Ya hay agencias que ofrecen un kit para tu autocasamiento. Foto: I Married Me

Es independiente del celibato, no es religioso y tampoco tiene ningún tipo de valor legal. Este movimiento, que cada vez cuenta con más personas que deciden darse el sí, ya empezó a entusiasmar a algunos en la Argentina.

tn.com.ar

Comentarios de Facebook