En un nuevo estudio sobre 400 mil adultos mayores de los Estados Unidos, los que bebían algunas tazas de café todos los días eran menos propensos a morir en los siguientes 14 años que los que no consumían esa infusión o rara vez lo hacían. Las causas

 

Pero los autores instan a interpretar cuidadosamente estos resultados porque los hábitos de consumo del café se evaluaron sólo en un período y se desconoce qué ingredientes influirían. “Para los que beben café, no hay motivo para dejar de hacerlo. Regularmente, algunos dirán que es malo, pero creo que este estudio refuerza la noción de que no sería dañino“, dijo el doctor Lawrence Krakoff, cardiólogo de la Facultad de Medicina de Mount Sinai, en Nueva York, quien no participó del estudio.

Aunque el científico advirtió a Reuters Health: “Es difícil decir si es beneficioso sin conocer la causa. No alentaría a las personas a empezar a consumir una gran cantidad de café con la esperanza de un beneficio”.

Un equipo de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos en Rockville, Maryland, utilizó los datos de un estudio sobre alimentación y salud realizado con encuestas sobre la dieta, incluido el consumo de café, en adultos de entre 50 y 71 años en 1995 y 1996.

El equipo siguió a esos participantes hasta el 2008 a través de registros nacionales y estatales de enfermedad y mortalidad.

Inicialmente, el consumo de café parecía estar asociado con una mayor posibilidad de morir durante el estudio. Un 13 por ciento de los hombres y un 10 por ciento de las mujeres que dijeron que no bebían café en la primera encuesta, murieron entre 1995 y el 2008, comparado con el 19 por ciento de los hombres y el 15 por ciento de las mujeres que bebían seis o más tazas diarias.

Pero los amantes del café eran más propensos a fumar, beber alcohol en exceso y consumir grandes cantidades de carne roja.

Al tener en cuenta esas otras conductas, los datos revelaron un escenario distinto. En ese análisis, los hombres que consumían entre dos y más de seis tazas de café por día eran un 10 por ciento menos propensos a morir durante el estudio que los que no bebían la infusión.

En las bebedoras de café, la reducción del riesgo fue de hasta un 16 por ciento. En especial, el café estuvo asociado con una menor posibilidad de morir por enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular, lesiones y accidentes e infecciones.

Este efecto no se observó con los cánceres. Los resultados fueron similares al analizar por separado a los bebedores de café con o sin cafeína, publica el equipo de Neal Freedman en New England Journal of Medicine.

Según los autores, una limitación del estudio es haber contado sólo con información sobre la cantidad de café que bebían los participantes en un período (a mediados de los 90), ya que ese patrón pudo haber variado en el tiempo.

“Pienso que estas asociaciones son muy interesantes, pero hasta que no se puedan relacionar con un mecanismo causal, siguen siendo vagas”, concluyó Krakoff.

 

Fuente: Reuters

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