A pesar de los días transcurridos la conmoción que originó la tragedia ocurrida en los primeros minutos del sábado pasado en la “curva de la muerte” aún está latente, principalmente por las características que tuvo el siniestro y la presencia de los niños que resultaron lesionados.

Eduardo David Conesa de 11, Victoria Ludmila Conesa de 9 y Lucas Benjamín Conesa de 7 años, viajaban en el VW Gol Country que conducía su papá, José María Conesa (34), quien falleció en el acto.

El vehículo transitaba por la Ruta 191, y por circunstancias que se desconocen se salió de la calzada e impactó de lleno contra una columna de hormigón.

 

De los tres menores Victoria fue la que llevó la peor parte ya que sufrió el desplazamiento de las dos vértebras superiores de la columna, lo que le originó una grave lesión que puso en riesgo su vida. Sobre el mediodía del sábado un helicóptero sanitario arribó a la ciudad y trasladó a la menor hasta el Hospital Garrahan, en donde permanece internada y asistida por los profesionales del lugar.

 

«Hoy solo pienso en mis hijos. Victoria está mucho mejor, está estable, despierta y come», explicó su mamá Vanesa  a este portal.

«Victoria está fuera de peligro, no tiene secuelas, y los médicos evalúan si será necesario operarla».

“Le realizaron una tomografía computada y están evaluando si la operan o no”, sostuvo la mujer que se encuentra gestando un embarazo de 33 semanas.

 

A la vez, Vanesa, también se refirió a sus otros hijos accidentados y que se encuentran junto a ella en el mismo nosocomio. “Los chicos están contenidos por nosotros  y los psicólogas del hospital, saben lo que pasó con el papá”.

 

“Pedí que a Eduardo lo pueda tener conmigo y hacerlo tratar de las fracturas que tiene también en el Garrahan”. El niño de 11 años tiene traumatismos en la clavícula y radio, y es atendido en el mismo nosocomio aprovechando la estadía en el lugar junto a su mamá y los hermanos.

 

Sobre la presencia de los niños en nuestra ciudad se pudo saber que los tres estaban de vacaciones en la casa de su papá, quien trabajaba como casero en un establecimiento rural del paraje Villa Sarita; en el verano venían a San Pedro y luego volvían con su mamá a la localidad de Sevilla, en la provincia de Santa Fe, para ir a la escuela.

 

El fallecido José María Conesa, era oriundo de Santo Tome, Santa Fé; hace unos años se había mudado a  la ciudad de San Antonio de Areco donde tenía unos tíos, y luego se vino a trabajar a San Pedro, por eso de su presencia en la localidad.

sanpedroinforma.com.ar

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