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El sistema de refrigeración de la planta de Tokai en la provincia de Ibaraki, al norte de Tokio, sufrió una avería, pero las bombas auxiliares funcionan y siguen enfriando al reactor, indicó en las primeras horas del lunes un portavoz de la planta. Mientras tanto, sigue el miedo por una fusión en Fukushima y Onagawa

«Nuestra bomba de agua de mar, que funciona con un generador diésel, se paró a causa del tsunami y entonces nosotros detuvimos manualmente uno de los sistemas de enfriamiento», dijo el portavoz de la Compañía de Energía Atómica de Japón Masao Nakano a la AFP. «Pero los otros sistemas de enfriamiento y las otras bombas están funcionando bien y la temperatura del reactor ha seguido bajando suavemente», añadió.

Se trata de la tercera central japonesa, junto a las de Fukushima y Onagawa, que registra algún tipo de incidente tras el fuerte seísmo del viernes, que alcanzó una magnitud de 9 grados en la escala Richter y devastó con un tsunami la costa nororiental de Japón.

Según fuentes de las autoridades de Ibaraki citadas por Kyodo, uno de los dos sistemas de refrigeración de la planta número 2 de Tokai se paralizó aunque el otro funciona con normalidad, por lo que no se prevén problemas para el reactor nuclear.

La planta operadora es Japan Atomic Power, que consideró posible evitar el sobrecalentamiento del reactor mediante ese segundo sistema de refrigeración.

El terremoto del este 11 de marzo provocó la paralización automática de once de las 51 centrales nucleares que hay en Japón.

En una de ellas, en Fukushima, el nivel de radiactividad se elevó hoy por encima del permitido, entre el temor a una fusión del núcleo en alguno de los reactores de la central 1 por causa de un bloqueo en su sistema de refrigeración.

El Gobierno nipón dijo que los esfuerzos se centran en rebajar la temperatura de dos de los seis reactores de agua en ebullición de la central, el 1 y 3. Kan ordenó la evacuación de los habitantes en un radio de 20 km, el doble de la distancia fijada el viernes. Unas 215.000 personas ya fueron desplazadas.

La fusión se produce a causa del recalentamiento de las barras de combustible, que empiezan a derretirse como una vela. En el reactor número 1, el sábado se produjo una explosión que mató a un técnico e hirió a once.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en Viena informó hoy de que las autoridades japonesas declararon el estado de emergencia nuclear para otra planta atómica, en Onagawa, debido a su elevado nivel de radiactividad.

Japón comunicó al OIEA que la operadora de la central nuclear de Onagawa, Tohoku Electric Power Company, ha fijado el nivel de alerta de esa central en uno, el más bajo de una escala de siete.  El accidente de 1979 en Three Mile Island (Estados Unidos) fue de nivel 5 y el de 1986 en Chernobil (en Ucrania) llegó a nivel 7.

Las autoridades niponas dijeron al organismo de la ONU que «los tres reactores en la planta nuclear de Onagawa están bajo control».

Sin embargo, se trata de la peor crisis nipona desde la Segunda Guerra Mundial y probablemente los muertos ascenderían a más de 10.000. En la prefectura de Miyagi se carece de información sobre el paradero de unos 10.000 de los 17.000 habitantes de la ciudad portuaria de Minamisanriku, indicó la televisión NHK. El gobierno afirmó haber duplicado de 50.000 a 100.000 el número de soldados que participan en una enorme operación de rescate en las zonas siniestradas de la costa pacífica, con la ayuda de 190 aviones y decenas de navíos.

Los primeros equipos de socorro enviados por Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Suiza, Gran Bretaña y Estados Unidos empezaron a llegar el domingo. El portavoz del gobierno advirtió asimismo que el desastre tendrá un impacto «considerable» en la economía del país. El costo para las aseguradoras de los daños provocados por el sismo en Japón podría ascender a 34.600 millones de dólares, según una estimación inicial de AIR Worldwide, firma especialista en evaluación de riesgos.

De acuerdo con la agencia de noticias japonesa Kyodo, más de 3.400 edificios de viviendas quedaron destruidos. Al menos 5,6 millones de hogares siguen sin electricidad y la compañía Tepco advirtió de riesgos de interrupción del servicio eléctrico en Tokio y sus alrededores. Además, un millón de casas siguen privadas de agua potable. Para sostener la economía, el Banco de Japón transfirió el domingo 55.000 millones de yenes (unos 480 millones de euros, 667 millones de dólares) a 13 bancos implantados en la región afectada. También previó efectuar el lunes una inyección «masiva» de fondos a los mercados para estabilizar los circuitos financieros.

«Considero que la situación actual, con el sismo, el tsunami y las centrales nucleares, es de cierta manera la crisis más grave que enfrentamos en los últimos 65 años, después del fin de la Segunda Guerra Mundial», afirmó el primer ministro, Naoto Kan.

La Agencia Meteorológica japonesa advirtió que existe un 70% de riesgo de que se produzca una nueva réplica de magnitud 7 o más en los próximo tres días.

Infobae.com

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