No hay dudas que los trabajos que se están realizando en la zona costera, entre el puerto y la rotonda, embellecerán en grado sumo el sector que tendrá, por fin, el aspecto que necesitaba. El tránsito por el lugar se hace más agradable y todo está bien hasta que se traspone la línea de la rotonda y se intenta llegar a las puertas del camping y/o del balneario municipal. Es que el pavimento, que en general se encuentra en buen estado, deja de presentar esa característica y se convierte en una serie de baches ubicados uno junto a otro. Esto provoca que la mayoría de los conductores, de auto de moto y demás rodados, abandonen la senda asfáltica y circulen por la banquina de tierra haciendo que una polvareda persistente tiña de niebla el espacio.

Además de ser desagradable para quienes transitan por el lugar, desmerece en buena medida todo lo que se venía disfrutando antes. De repente, quien transita sin sobresaltos, se encuentra con un sendero que nada tiene en comparación con el que hace instantes  dejó atrás.

Se acerca el verano cronológico, porque el climático ya ha llegado, y es una verdadera lástima, por no decir vergüenza, ofrecer al turista (al que se convoca), una calle en las malas condiciones en las que se halla Almirante Brown al superar la altura de la rotonda.

El Diario de Baradero

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